La música tiene un evidente carácter espiritual. Lo tiene desde que existe. Si no, no sería música, serían matemáticas. El Siglo XX trajo consigo unas ciertas revisiones del concepto espiritual en la música: los africanos, esclavos en norteamérica, absorvían toda la música de su alrededor, y lo demás... es historia: los espirituales, el Soul, el Jazz, y al fin, el Blues, o el paso previo al Rock.
Todas las variantes del Rock tienen o han tenido sus influencias en géneros más o menos espirituales, cuando no totalmente religiosos, pero lo que me interesa destacar es cómo la capacidad subversiva del rock (cuando la ha tenido) ha llegado de forma especial al campo de la religión y la trascendencia.
El primer Rock and Roll no aportaba, aparentemente, nada nuevo que no hubieran hecho los antiguos Bluesmen: Canciones hechas con el corazón y las tripas sobre el amor, y sobre todo, el desamor, y un cierto gusto por el desenfreno juvenil. Hablaré en su momento de lo revolucionaria que fué la aparición del genero en la sociedad norteamericana de los '50.
Pero es en los '60 donde la subversión generacional, sexual e identitaria del Rock alcanza el plano religioso: todas las bandas de la época, en mayor o menor medida fomentaban una cierta atracción por lo diferente, e incluso se sumergían en la incipiente moda del acercamiento a lo oriental: The Beattles, los psicodélicos, el pop, o los Stones se apasionaban por los sonidos indios (de la India, se entiende), o se proclamaban gurús espirituales en busca de la luz eterna. El satanismo empezaba a jugar su papel decisivo en el Rock: Sus Satánicas Majestades no eran sino una panda de niñatos con ganas de molestar. Molestar mucho. Y nada molestaba más en todo el mundo occidental que la aparición de unas huestes adolescentes filo-satánicas o, simplemente, no-cristianas.
La broma venía servida en papel de plata: si podíamos practicar la libertad de culto al son de los acordes de The Who o Pink Floyd, ¿Por qué no interesarnos por Alister Crowley? Un brujo del Siglo XIX, considerado por parapsicólogos y amantes del ocultismo como "el hombre más malvado sobre la faz de la tierra", y al que se responsabiliza, nada menos, de la invención del culto anti-cristiano, esto es, el satanismo. Es posible que exista una línea más o menos sólida que una los movimientos pélvicos de Elvis, los devaneos metafísicos de los Beattles y los asesinatos de Beverly Hills (Sharon Tate y amigos, y otros burgueses del barrio) diseñados por Charles Manson y pertrechados por sus ciegos seguidores.
Opino que esa misteriosa y "mágica" línea forma parte de lo que denomino una "religión rock" que ha llegado a nuestros días a través del Heavy Metal demoníaco y esotérico. Existen grandes hitos al respecto... tras la etapa "primitiva" de los 50, se llega a la etapa experimental de los '60, donde todos practican formas de espiritualismo y trascendencia más o menos esotéricas u ocultistas. En los '70 comienza el verdadero asentamiento de lo que trato de definir; y lo hace de dos maneras:
1.- Por la vía "auténtica", esto es, a través de músicos que realmente practican el ocultismo, dedican su vida y obra a vaya-usted-a-saber qué oscuras finalidades, y son fieles a una incipiente escuela de espiritualismo anti-cristiano. El ejemplo más claro es el de Led Zeppelin: vivir en el castillo de Alister Crowley, practicar rituales, vender las almas al diablo a cambio del éxito absoluto e introducir mensajes ocultos o simbologías secretas en todo lo que hacían era algo habitual en ellos. Más tarde, las huestes satánicas del Black Metal y otros estilos decididamente "religiosos" (a su manera), o Marilyn Manson (una vez más se refuta con este nombre mi teoría) son ejemplos más o menos claros.
2.- Por la vía "teatral" o falsa: Aquellos que aparentaban vivir en un mundo fascinante de satanismo, misterio, oscuridad y sanguinolencia por puro espectáculo. O sea, la vía principal del esoterismo-rock. Ni los mismísimos Black Sabbath tenían nada que ver con ninguna secta; eran 4 chavales que dijeron "¿y si metemos esas escalas y sonidos de las películas de terror en nuestros temas?¿Y si hacemos letras misteriosas o sanguinolentas?¿Por qué no mancharnos de sangre y fingir posesiones diabólicas?".
Así nació la verdadera historia de todo esto: la gran mentira de lo diabólico en el Rock, el gran teatro del ocultismo. Muchos acabarían inmersos en este mundo sin quererlo en absoluto: las protestas de grupos católicos se sucedían a las puertas de sus conciertos ¿Porqué? Porque ya formaban parte de la religión Rock, donde las menciones al Maligno, al Averno, a la sangre y los calores infernales eran obligadas. Las connotaciónes de estos elementos en sus canciónes no tenían nada que ver con ningúna religión, se trataba de metáforas, normalmente de carácter sexual. Pero ahí estaban esas letras de Judas Priest y AC/DC para poner en pie de guerra al mismísimo Papa.
Los '80 supusieron una consolidación de esta Religión Rock, con el Heavy Metal por bandera. No había banda que no comentara su satanidad o llenara sus portadas de monstruos horribles. Pura provocación, pero pura religiosidad "anti-sistémica".
Los '90, disimuladamente, renovaron el concepto: las bandas "auténticamente" satánicas se multiplicarían y ganarían en importancia, hasta el punto de configurarse auténticas bandas pseudo-terrorístas, siempre seguidoras de Lavey (inventor de la Biblia negra), con asesinatos y quemas de iglesias en sus expedientes, fundamentalmente en las tierras escandinavas, pero también en Latinoamérica y los EUA.
Pero lo verdaderamente significativo, es cómo en el "mainstream" del Rock de fin de siglo aparecen nuevas revisiones del concepto espiritual-subversivo. La moda del Rock "gótico" no es sino una interesante revisión del concepto de "gótico": una tremenda burla al puritanismo cristiano. El arte gótico servía para asustar a los fieles, mostrándoles lo terrible que era el Mal. El Rock gótico le enseña los dientes al ciudadano de a pié y le susurra en la oreja: "tus pesadillas han pasado del cine a la calle". Me apasiona el concepto de convertir todos los días del año en un Halloween "muy currado". Manson, Rammstein, y todos los demás son fieles represaentantes de esta (¿última?) desfachatez del Rock.
Dejaremos para otro día la otra mitad de la Religión Rock: el simbolismo y la cultura Rock, más allá del elemento religioso-esotérico.
NOTA APARTE: El Domingo 25 de Noviembre actúa en Burgos el mismísimo creador del Rock: Chuck Berry. No se lo pierdan, es barato (24 euros) y además es en una impresionante ciudad.
2 comentarios:
hola q mas me encato tu blog y todo su contenido a mi me encanta el rock and roll y todo lo que se relaciona con este...bey,bey
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