jueves, 19 de abril de 2007

Ahora, Sego. Ahora, La France.












Ségòlene Royal ha sido probablemente la mayor sorpresa para el socialismo francés en los últimos años (muchos años, diría yo). Y digo socialismo en un sentido amplio, en un sentido plural.
Primero, porque tiene más apoyo de la izquierda que la mayoría de candidatos de los últimos tiempos. La izquierda francesa es tremendamente plural, con dos partidos trotskistas bastante importantes, un partido verde fuerte, comunistas, el partido de Bové, etc... pero, más allá de tonterías como el voto útil (¿tontería?), Ségolène se está llevando de calle a gran parte de una izquierda desencantada, aburrida, despreocupada, ¿aburguesada?, desmovilizada...¿lo hace a base de discursos de centro, sosos y vacíos? hombre, no es Bové, ni una Trotskista, pero sus propuestas tampoco se han construído en una agencia de publicidad: las han construído miles de franceses, la mayoría no afiliados al PSF ni al Partido de la Izquierda Radical.

Y en segundo lugar, digo socialismo en sentido amplio y plural, porque me parece que Ségolène representa un paso más allá en la dinámica iniciada por ZP (o mejor dicho, por su electorado): una dinámica de cambio en las filas de la anquilosada e inválida social-democracia europea.

En los tiempos que vivimos, de globalización, imperialismo y neo-liberalismo radical, las ya viejas terceras vías no solo no sirven para nada, sino que son un empuje brutal en la misma dirección en que empujan los libegggales y conservadores (pregúntale a Blair).

Y, vale, Zapatero es de todo menos una revolución. Ségolène tampoco representa a esa Francia (la Francia inmigrante de 3ª o 4ª generación, decían algunos) que ardió de vergüenza, de necesidad de cambio, de pre-revolución. Pero, como dice Cotarelo, "mientras llega la hora de la revolución mundial que establezca la justicia social por los siglos de los siglos, lo mejor que puede pasar en Francia, a mi entender, es que gane esta mujer que es de izquierda, inteligente, tiene carácter, es culta, brillante, simpática y guapa."

Ojalá llegue pronto esa hora, la de la Revolución definitiva. Pero, ahora, Francia. Marsellesa y tricolor reinstauradas. Ahora, Ségo. Ahora, hora de tirar a Le Pen a la basura. De derrumbar las opciones de Sarko y su inefable boca-escupe-chorradas, hora de eliminar ese "centro" tan de extremo-centro, tan libegggal. ¡Ahora, LA FRANCE! ¡AHORA, UNA MUJER!

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