martes, 8 de mayo de 2007

Batacazo en Francia

La candidata Socialista a la Presidencia francesa ha sido derrotada por el inmigrante ultra Nicolas Sarkozy, criticado por Le Pen el nazi, por robarle "ideas" y actualmente tomandose un "relax". Los Franceses (una abrumadora cantidad de franceses) han elegido el discurso "moralista", "serio", y de "mano dura" para continuar la V República. Por poco, pero así ha sido, en detrimento de un proyecto novedoso, plural, progresista y de tremenda significación política en el sentido de un cambio a nivel internacional.

Tengo múltiples reflexiones al respecto, pero hay una que es la que más me incomoda de todas: pensar que la derrota de la candidata no ha sido una derrota del proyecto progresista, sino una derrota femenina.

Me explico. Los disciplinados votantes de la derecha van a votar a su candidato. Sea quien sea: Sarkozy, Merkel, Esperanza Aguirre (ejem...). Los votantes reflexivos y críticos de la izquierda tienen dudas. Y en este caso hay una tremenda "duda de género": hay mucho proletario votante de la izquierda, que, sin embargo, no se ha enterado todavía de que las mujeres y los hombres valen igual. ¿Era probable que Ségolène se llevara votos de mujeres que a priori votarían a la derecha? dudo que fueran muchos votos. Por el contrario, sí opino que muchos hombres "de izquierdas" han votado a Sarkozy para no dejar la Presidencia de la República en manos de una mujerzuela, que, vaya usted a saber cómo acaba dejando el país.

Por otra parte pienso que es mejor. Merece ese puesto sin el voto de esos necios. Eso sí, lo que aquí no vale es el argumento de que la abstención castiga a la izquierda. Si con un 80% de participación no se han ganado las elecciónes, es que la izquierda tiene que replantearse muchas, muchísimas cosas.

Lo que me llama mucho la atención es la "madurez" política que, hasta cierto punto, nos saca Francia de ventaja. Ojo, no digo que sean la panacea de los sistemas políticos. Pero nadie habla hoy de Las Dos Francias. Y van unos 700 detenidos en las ciudades francesas. Parece que una nueva "muchachada" tenía demasiadas ilusiones en un proyecto que no condenaba el 68 (como si eso fuera revolucionario) y se niega a aceptar a un Presidente de la República que llamó, como Presidente de Interior, basura a los inmigrantes de los suburbios. Un tipo que proclama la moral tradicional... esa moral tradicional que le permite estar casado, pero pasear públicamente con su amante. Esa moral tradicional según la cual Francia va a estar gobernada, a partir de ahora, con mano de hierro. Una moral tradicional que califica a Europa como una tontería de liberales. Una moral que se presenta cómo única, como si no fuera moral el proyecto de Royal, y del resto de la izquierda francesa.

En fin, un muy mal resultado para Francia, para Europa, y para el mundo, como explica Cotarelo en su "reflexión sobre la izquierda".

700 jovenes mosqueados detenidos. Aún hay una llama encendida. Va por aquel mayo que nos obligaron a olvidar.

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